MEXICO MARTIRIO Y CLAMOR ETICO MUNDIAL SOLIDARIO
15.11.2014 19:37
La tragedia vivida en México por la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal
rural de Ayotzinapa el 26 de septiembre en Iguala, México, no sólo conmueve al país, sino a
todas las comunidades de buena voluntad del mundo.
La indignación interna ocasiona declaraciones proféticas como las del sacerdote Alejandro
Solalinde, defensor de los derechos de los inmigrantes, quien dijo que los ataques contra
los alumnos de Ayotzinapa constituyen un "crimen de estado". En octubre, reveló que varios
testigos le habían contado que los 43 estudiantes detenidos por policías la noche del 26
de septiembre en Iguala (Guerrero) y entregados al cártel Guerreros Unidos habían sido
quemados. (Informador.Mx 11.11.2014)
En entrevistas televisivas Solalinde afirmó que debe haber un movimiento social que termine
con la crisis en México, donde participen todos y “se escuchen a los pobres para construir un
reino con valores, sin distinciones...No puede continuar al apabullante dominio del capital
financiero por lo cual se debe articular un proyecto de nación que incluya a todos”.
El Papa Francisco proclama en El Vaticano: “Quiero expresar a los mexicanos mi cercanía en
este momento doloroso de legal desaparición pero, sabemos, del asesinato de los estudiantes.
Se hace visible la realidad dramática de toda la criminalidad que está detrás del comercio y
tráfico de drogas. Estoy cerca de ustedes y de sus familias.” (Ultimas Noticias. 13.11.2014)
Los sucesos de México coinciden con la conmemoración de los 25 años del asesinato, el
16.11.1989, del rector Ignacio Ellacuría junto a otros cuatro jesuitas de la comunidad de la
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de San Salvador, Ignacio Martín
Baró, Segundo Montes, Amando López y Juan Ramón Moreno. También fue asesinado el
padre Joaquín López y López, quien trabajaba en Fe y Alegría así como la cocinera Julia
Elba y su hija Celina.
Frente a masacres como estas, resuenan las palabras del teólogo Jon Sobrino en una de sus
tradicionales cartas que escribe desde 1990, “En palabras tuyas que muchas veces he citado,
“el signo de los tiempos es siempre el pueblo crucificado”. Y ese pueblo que nos sume en
la oscuridad, es como el siervo doliente de Yahvé, luz de las naciones”...Ese encuentro
con el pueblo crucificado es fundamental para la Iglesia, si quiere encontrarse consigo
misma y encontrar a Dios”...”Ayúdanos a construir una Iglesia de los pobres. Ayúdanos a
ser un pueblo fiel a sus mártires, una UCA fiel a la inspiración cristiana y una Iglesia fiel
a Monseñor Romero, una iglesia buena noticia, una iglesia de gozo y esperanza”. (Carta a
Ignacio Ellacuría. La Iglesia de los Mártires. 11.11.1995).
Las comunidades de buena voluntad del mundo, sacudidas por masacres inhumanas como la
de los 43 estudiantes mexicanos, la de la comunidad de la UCA y tantas otras hoy, tienden
a generar una amplia corriente espiritual solidaria, de acción profética para transformar
la actual situación de violencia financiera, delictual y depredadora del planeta hacia la
construcción de la paz, bajando de la cruz a los pueblos crucificados, con gozo y esperanza.