A UN AÑO DE LA VIOLENCIA FATAL ENCUBIERTA EN MANIFESTACIONES: EL DOLOR DE LAS VÍCTIMAS FLORECE EN LA ESPIRITUALIDAD POPULAR CONSTRUYENDO PAZ
12.02.2015 21:16
EL DOLOR DE LAS VÍCTIMAS FLORECE EN LA ESPIRITUALIDAD POPULAR CONSTRUYENDO PAZ
Hace un año, el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela fue objeto de una agresión
mediáticamente interpretada como una brutal represión de las fuerzas del orden democrático
constitucional contra la población, violatoria de los Derechos.
Interpretación que irrespeta la verdad, como lo atestiguan los familiares de las víctimas fatales-
33 civiles, 9 funcionarios y 1 fiscal- así como los 878 heridos y las personas de buena voluntad que
tuvieron que sufrir períodos de tensión por obstáculos en las vías que les impedían mantener su
ritmo de vida, laboral y familiar.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 3, afirma: “Todo individuo tiene
derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
La interpretación ética de este derecho requiere plantearse en conjunto con todos los derechos.
La Constitución de la R.B. de Venezuela (1999), en su artículo 326 precisa: “La seguridad de
la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil para dar
cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia,
solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos, así como
en la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos y
venezolanas, sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo.”
Esta concepción coincide con la perspectiva ética planteada en la comunidad ecuménica de
(FUNDALTIN) desde su creación en 1978. Enfrentando a una llamada doctrina de la seguridad
nacional que planteaba la seguridad como excusa para violar los otros derechos humanos, en las
dictaduras militares del cono sur. Fundalatin asumió el espíritu del hoy canonizado por el Papa
Francisco (0.02.2015), Oscar Romero quien planteó a los soldados en su última homilía: “Frente
a una orden de matar que de un hombre, debe prevalecer la Ley de Dios que dice No Matar. En
nombre de Dios, les suplico, les ruego les ordeno: ¡cese la represión!”. (23.03.1980).
La responsabilidad de la vigencia de todos los derechos humanos, es responsabilidad del Estado
Democrático como de los ciudadanos. Como plantea la Declaración Universal en su artículo 30:
“Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno
al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración”.
Durante los sucesos del 12. 02.2014, se pretendió internacionalmente juzgar los hechos como una
actuación represiva de un gobierno militar. Obviando los informes de la Fiscalía con 41 personas
privadas de libertad, entre ellos 14 funcionarios del Estado. Lo cual, demuestra la falsedad de esa
interpretación. Como en toda sociedad democrática, de derecho y justicia, se actúa en función
de todos los Derechos Humanos. Los errores e injusticias, que existen, lejos de ocultarse, se
investigan con la comisión para la reestructuración de las policías, con la Defensoría del Pueblo,
con la Comisión Nacional de DDHH y el apoyo de la contraloría social.
Resulta irresponsable exigir al Estado Democrático que las manifestaciones supuestamente
pacíficas, convertidas en focos violadores a los derechos de los demás y que pongan en peligro la
vida de los propios manifestantes, como ocurrió en 2014 con los conocidos resultados de muertes
y lesiones, no sean debidamente controlados, con apoyo de la comunidad, como actualmente
resulta vigente en el contexto jurídico y militar respetuoso de los DDHH en Venezuela.
La Comunidad Ecuménica de FUNDALATIN, al ofrecer este mensaje de aliento y solidaridad con
todas las víctimas de los sucesos del 12 de Febrero de 2014, hace un llamado a toda la comunidad
nacional a valorar su testimonio y a que con mayor conciencia ética y fortalecimiento espiritual
liberador, se rei el camino de la construcción de la paz, como fruto de la Verdad y la Justicia.
En caracas 12 de Febrero 2015