LA CATEDRA RADIAL DE SAN ROMERO DE AMERICA

28.03.2015 12:46
 
En víspera de la Semana Santa 2015, en medio de decretos amenazadores del gobierno de 
 
Estados Unidos a Venezuela, la Pascua de quien, como dice el Teólogo Juan José Tamayo: 
 
“El pueblo salvadoreño lo reconoció como santo desde el mismo día de su asesinato…el 
 
obispo hispano-brasileño Pedro Casaldáliga le declaró “San Romero de América”. La Iglesia 
 
Anglicana lo incluyó en su santoral”. A 35 años de su asesinato, un 24.03.1980, su voz sigue 
 
animando la esperanza en seguimiento de Jesús Liberador, a la gente de buena voluntad.  
 
Su palabra no sólo era seguida en la Catedral de El Salvador, repleta de pueblo, sino que, 
 
mediante la emisora del arzobispado, la cual sufrió atentados para callarla, llegaba, en medio 
 
de la guerra, al corazón de su pueblo, interpretando a quienes no tenían voz. 
 
Dice hoy el teólogo brasileño Marcelo Barros: “El Salvador vive un proceso de integración 
 
en el continente latinoamericano. Ahora el papa Francisco se propone proclamar a Romero 
 
como santo  mártir de la justicia e insiste en que el cuidado con los empobrecidos debe volver 
 
a ser opción de vida y camino de inserción y misión, como era para Romero.” (Barros M. 
 
Oscar Romero, profeta de la justicia. Correo del Orinoco. Caracas 22.03.2015.).  
 
Hoy, el continente se siente interpelado por San Romero de América. Como cuando en su 
 
homilía del 23.03.2015, en plena guerra afirmaba: “En nombre de Dios y en nombre de este 
 
sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día mas tumultuosos, les suplico, les 
 
ruego, les ordeno en nombre de Dios ¡cese la represión! Comenta, citando a asistentes a esa 
 
homilía, Adolfo Pérez Esquivel: “La voz de monseñor Romero se hizo escuchar con claridad 
 
a pesar de todos los inconvenientes e interferencia radial y en los equipos: “La iglesia predica 
 
la liberación”. “La catedral estalló en aplausos, el pueblo emocionado sentía el clamor de sus 
 
corazones”. Así lo relatan Jacinto Bustillo y Felipe Pick”. (Pérez E. A. “Monseñor Romero: 
 
Si me matan, resucitaré en mi pueblo”. Correo del Orinoco. Caracas 22.03.2015.).  
 
La voz de Romero es un riesgo profético: denuncia las injusticias y anuncia la Buena Nueva 
 
de Jesús. Dice el venezolano Miguel Matos: “Lo que el pueblo visualizó en Romero fue una 
 
opción valiente, preferencial por las víctimas, por los más pobres” en un contexto en el cual 
 
“esos pronunciamientos tenían un riesgo para la vida.” (Matos M. Correo del O. 24.03.2015)  
 
En este tiempo de integración solidaria, en que la voz de los pueblos de América Latina y El 
 
Caribe se hace sentir en el mundo como señal de esperanza frente a la crisis humana, los 
 
corazones populares sintonizan la voz de Romero. Como cuando responde el 15.10.1978 a 
 
quien afirmaba que su homilía “es como una cátedra de la universidad”. Romero contesta que 
 
no pretendió eso. “Sino simplemente ser un humilde catequista, un evangelizador del 
 
pueblo…Pero ciertamente que vale mucho más que todas las cátedras del las ciencias de los 
 
hombres, la humilde cátedra de evangelización, que señala a los hombres el verdadero 
 
sentido de la vida, sus verdaderas relaciones con Dios, sus responsabilidades en la sociedad; 
 
y esto es lo que hemos tratado de hacer”.  (Así habla…Mons. O. Romero. Ed Paulinas 1992.)