EL PAPA FRANCISCO: ESPIRITUALIDAD Y ECOLOGÍA INTEGRAL

27.06.2015 19:12
 
La encíclica del Papa Francisco “Laudato Si”, (Alabado Seas), Sobre el Cuidado de la 
 
Casa Común, (24.05.2015), resulta polémica en el convulsionado mundo actual. Sectores 
 
conservadores reaccionan con expresiones como “Francisco se está alineando con aquellos de 
 
izquierda que quieren dejar a “todo el mundo viviendo igualmente en la miseria”. “El Papa es 
 
un peligro para el mundo”. “la motivación [del Papa] es, aparentemente, hostilidad hacia la 
 
libre empresa y la prosperidad que crea”.
 
Por el contrario, para comunidades de diversas fuentes espirituales y gobiernos 
 
responsables frente a la gente y la Madre Tierra, es un gran llamado de conciencia planetaria.  
 
El texto tiene una enorme carga poética y espiritual, desde su título, basado en un canto 
 
de San Francisco de Asís a la creación. Y recoge la espiritualidad que valora  la materia.  
 
Como señala Frei Betto, reivindicando al científico y teólogo, Pierre Teilhard de Chardin, 
 
“censurado por Roma durante toda la primera mitad del siglo pasado”. (Frei Betto. Encíclica 
 
Verde. Correo del Orinoco. 23.06.2015). 
 
Se abre al ecumenismo de diversas fuentes espirituales con las contribuciones que 
 
sobre la ecología se dan en el mundo, tanto desde las religiones, como desde comunidades 
 
como la de la Carta de la Tierra, impulsada por el P. Miguel D’Escoto y Leonardo Boff.
 
La redacción, no parte de la doctrina. Señala Leonardo Boff, “La estructura de la 
 
encíclica obedece al ritual metodológico usado por nuestras iglesias y por la reflexión 
 
teológica ligada a la práctica de liberación, ahora asumida y consagrada por el Papa: ver, 
 
juzgar, actuar y celebrar.” (L.Boff. La Carta Magna de la Ecología Integral.19.06.2015) .Es 
 
decir, parte de la realidad, con los mejores instrumentos de las ciencias humanas: «basta 
 
mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra casa común» 
 
(61). «el gemido de la hermana Tierra se une al gemido de los abandonados del mundo» (53).  
 
Prudente, reconoce la diversidad de opiniones (nn.60-61) y que «no hay una única vía de 
 
solución» (60). Así y todo «es cierto que el sistema mundial es insostenible desde diversos 
 
puntos de vista porque hemos dejado de pensar en los fines de la acción humana» (61).
 
Interpreta esa realidad a la luz del mensaje de Jesús. La encíclica reserva un buen 
 
espacio al «Evangelio de la Creación» (62-100). Asume la sabiduría presente en los distintos 
 
caminos espirituales. Propone una ecología integral que va más allá de la ecología ambiental. 
 
(137). Ella cubre todos los campos, el ambiental, el económico, el social, el cultural y 
 
también la vida cotidiana (147-148). 
 
En las líneas de acción propone educar para crear una «ciudadanía ecológica» (211) y 
 
un nuevo estilo de vida, asentado sobre el cuidado, la compasión, la sobriedad compartida, la 
 
alianza entre la humanidad y el ambiente…la corresponsabilidad por todo lo que existe y vive 
 
y por nuestro destino común (203-208).Invita a celebrar la vida con su expresión final: “Los 
 
pobres y la tierra están clamando: Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz,/para 
 
proteger toda vida,/para preparar un futuro mejor,/para que venga tu Reino/ de justicia, de 
 
paz, de amor y de hermosura./Alabado seas./Amén.”. Una campanada de alerta ética y 
 
espiritual para las decisiones humanas en este Cambio de Época.